sábado, 12 de octubre de 2013

Gravity: críticas y alabanzas

Gravity se va a enfrentar a la irá de los dioses. Por lo que pudo haber sido y por lo que es. Los del día a día te dicen que tienes que verla, los críticos más sesudos están medio asintiendo, medio con el morro torcido. Es cierto que podría más y no lo ha hecho. Pero también es cierto que propone un nuevo cine. Da las condiciones de la ausencia de gravedad, te golpea con cada tumbo que dan los protagonistas y apura hasta el último minuto, porque los personajes, que son científicos, se comportan como superhéroes.

Gravity tiene a Sandra Bullock, actriz que ya de por sí transmite la sensación de abandono, ese percepción de que no hay nadie que la quiera allí abajo. Al acabar la película me pregunté cómo habría sido sin ella: con otra actriz que tuviera que actuar para dar al personaje la rigidez, soledad y tristeza que Bullock tiene de por sí. Con otra hubiéramos visto matices que ella no tiene y sería otra película que siento no poder ver.

Gravity combina el hablar por hablar con las grandes frases de manual de autoayuda. Ese constante parloteo cuando nadie te escucha. Hablar para no estar solo, hablar de tonterías porque lo que pasas es muy serio. Y luego, de repente, momentos de filosofía barata. Lo sé, hay veces que se tienen esas conversaciones. Pero otros las han metido en un diálogo de una forma menos forzada. Aún así, no dejo de recordar la conversación de los dos protagonistas flotando, cuando Clooney pregunta quién le espera abajo mientras están atados el uno al otro. Es sobrecogedora. Ahí se descubre el drama y entonces sí, se queda sin palabras y la mira a través de un espejo, como si fuera un retrovisor, como si pudiera verla sin toda ese burbuja que es el traje espacial.

El espectador pierde muchas veces la esperanza. Incluso deseas que abandone. "Es imposible", piensas. Sabes que es una película y que puede acabar bien o mal. Pero la tarea es tan compleja, la gravedad se hace tan necesaria, que te planteas, si fueras ella, abandonar. Y estás a punto de decírselo: "Ríndete, es agotador". Pero al final, es un paso más. "Coge esa cuerda", "llega al otro extremo", "desacopla las naves"... Son pequeñas órdenes, que seguidas, te pueden salvar. Es verdad que el desconcierto del espectador no es igual que el de Ryan. Ella ha sido entrada durante seis meses. Y tú no.

No quiero acabar sin hablar de las lágrimas que se separan del cuerpo. Llorar en el espacio no es llorar. La pena flota, como todo. El viaje de Ryan va de vivir asustada y protegida o volver a pisar la vida. Tocar la tierra y ponerse de pie. Ella lo hace todo.

Es una película recomendable. Los que la critican creo que lamentan que no sea todo lo que puede ser, que se haya perdido la oportunidad de hacer algo que les emocionaría y asustaría a partes iguales. Pero lo hecho, está bien. Es una gran película y se merecen mucho público. Por subirnos al espacio.

(De Clooney no voy a hablar. Nunca me lo creo. Lo siento).

sábado, 27 de julio de 2013

Felicidad

Un blog sin visitas es un desierto tranquilo.Y su silencio a veces asusta, a veces no. No se puede saber qué es lo que ocurre cuando estás cansado y puedes descansar. Cuando se acaban algunas tribulaciones, nunca todas. Siempre hay alguien que pellizca y mantiene la tensión de la mirada a la vida. No sabes qué es, pero alguien te vigila. Y no quieres descansar. No lo necesitas. Ni falta que hace. La vida es una malcriada con buen fondo.

La felicidad es más profunda si llega después del cansancio. Y estoy agotada. Me he esforzado todo lo que podía.

viernes, 15 de febrero de 2013

Estructura de texto

Cada vez se me hace más evidente el romance entre título y texto. Que uno sin el otro existen, sin remedio. Pero los junto y significan más.